sábado, 4 de diciembre de 2010

La merluza congelada

Pedro: ¿Cómo es que has acabado con ese ojo morado?

Diego: Nada, que me han dado con una merluza congelada en la cara.

P: Coño, ¿y eso?

D: Es que ayer mi mujer llevaba minifalda, se agachó para coger no sé qué del congelador y... bueno, su culo me pone a mil y qué quieres que te diga, no lo pude resistir, así que se la clavé allí mismo.

P: ¿En serio?

D: Claro. Pero ella no quería y no paraba de moverse, con lo que yo me excitaba todavía más.

P: ¡Vaya!

D: Además, se puso a gritar como una loca y eso me ponía aún más cachondo.

P: Guau, me estoy imaginando la escena...

D: Entonces, mientras me la beneficiaba a más no poder, consiguió agarrar una merluza congelada y me la tiró a la cara.

P: No lo entiendo. ¿Acaso a tu mujer no le gusta follar?

D: Por lo que se ve, en el Carrefour no...

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