Un tipo algo ingenuo, que llevaba meses viajando para atender a sus clientes, volvió a su hogar y descubrió sorprendido que tenía un hijo negro.
Debido a que él era totalmente blanco, al igual que su esposa, le pregunta a ella:
- Pero, ¿cómo es posible que tengamos un hijo negro si yo soy blanco y tú también?
La esposa, muy tranquila, respondió:
- Como no tenía leche, tuve que buscarme una mamá de cuna para que amamantara al niño y, como ella era negra, el niño se puso de ese color.
El ingeniero, no muy convencido, decidió ir a consultarlo con su madre, a quien le contó la historia. La madre respondió:
- ¡Claro que puede ser! Fíjate, por ejemplo, en ti mismo. Desde pequeño, cuando naciste, tuve una enfermedad que me impedía amamantarte y, entonces, te di leche de vaca. Y mira... qué lindos CUERNOS te están saliendo... ¡So gilipollas!
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